martes, 30 de septiembre de 2014

Resumen de el corto "El Faro"

1978, 1 de Junio.
Cada mañana me levanto ansiando montarme mi barquito, mi padre me dice que debo de montar yo solo si quiero aprender, pero yo quiero que venga él.
Vivimos en un faro los dos solos en una pequeña isla.
Cada día cuando vengo de dar una vuelta y hacer trabajos que me encarga la gente, cómo llevar pedidos a cada isla. Cuando vuelvo le enseño a mi padre todo lo que he ganado, y me premia con unas clases de piano; él me enseñó desde pequeño por eso ahora sé también tocar el piano.
Me gano la vida haciendo pedidos desde chico, y cada vez que tengo bastante dinero me compro un barco mejor. Creo que tuve tres o cuatro barcos a lo largo de mi vida.Cada vez que tenía un barco nuevo y más veloz me gustaba viajar más y ir por más pueblos explorando el mundo. Me encantaba hacer eso; además conocía a muchas personas.
Pasaban los años y me hice mayor.
En la primavera del 1985 viajé con uno de mis mejores barcos y conocí a mi primera novia. Yo era tímido ya que vivía en una isla habitada sólo por mi padre y yo, pero, ella también se interesó por mí, y empezó a hablarme teníamos varias cosas en común y quedabamos de vez en cuando; así que empezamos nuestra primera relación.
Me quedé bastante tiempo en su pueblo con la gente de su familia y su amigos pero un día decidí volver a casa porque llevaba mucho tiempo sin ver a mi padre y sin visitar a mi isla.
Volví a casa con mi último barco, el mejor que tuve, era un barco pesquero, muy moderno, ganaba mucho dinero con él ya que cabía mucha carga.
Cuando volví me sentí raro, como si algo pasase, había algunas cartas por el puerto, abri el buzón y saltaron muchas cartas, estaba asustado, fui corriendo a el Faro y vi a mi padre en cama el me vio y sonrió, comprendí que estaba enfermo, le di un abrazo, pasé toda la tarde con él,  me dijo que antes de irme tenía que hacer una cosa; tenía que tocar el piano con él, como en los viejos tiempos, yo acepté, lo ayude en ir hasta el piano y empezamos a tocarlo.
Sentí que te tosía mucho y que no respiraba bien, le pregunté que qué le pasaba y en ese momento cayó sobre mi hombro, le tome el pulso, había fallecido.
Dos años después me vine a vivir con mi mujer y mi hijo recién nacido a el faro que había pertenecido a mi familia, me sentí de nuevo en casa y quería seguir la tradición de mi padre; tocar el piano quería que mi hijo supiese tocar el piano tan bien como yo, ya que mi padre lo hizo, en cuanto toqué una tecla mi hijo me sonrió y me sentí más feliz que nunca; aquí empezó una nueva generación.